ignoto

ignoto
irrascible, inconmesurable, retráctil, añejo

lunes

Leí un relato de Borges, el sur. Narraba el devenir de una aguja en la piel de un pobre diablo, pasto de una cámara acolchada de cotolengo. En sus lúcidos sueños, iba a una tasca y se ponía las botas, adorando el atardecer sibilino, el sol invicto, cayendo tras la línea divisoria que marcaba una calle en buenos aires.
Todo parecía salpicado púdicamente por la cordura intemporal, aquella que me cautivó livianamente, y luego se marchó por donde la había leído.
El relato en cuestión, fue considerado por su propio autor como su hijo pródigo, una obra que conservar en los anales de la literatura hispanoamericana, de la historiografía de los selectos borrones de tinta en castellano.
Lo cierto es que el antagonismo entre la vigilia y el sueño, alimenta de manera casi permanente sus relatos del tomo ficciones, si bien en forma de un altercado castizo en el fin, o en la descripcción de las filosofías místicas de una región apartada del conocimiento en el primer relato de su selección.
Yo mismo fui quien las leí hasta caer rendido, de madrugada.

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